lunes, abril 16, 2007

Cuando se va mal de pasta...

Todo el mundo nos hemos visto obligados a sufrir pequeñas (o grandes) crisis económicas, en las que los primeros gastos a ajustar son los de compras de cómics. Para seguir estando más o menos al dia de las novedades comiqueras en situaciones de penuria, existen varias soluciones, entre las legales, las ilegales y las pseudolegales.
No voy a recomendar la clásica actitud ilícita que todos conocemos pero en el vacío legal que abren las nuevas tecnologias, existe la opción de bajarse series o álbumes completos desde redes P2P en archivo comprimido cbr o cbz, que no es nada más que scaneos en jpeg de todas y cada uno de las páginas de cómics comprimidas en rar o zip. Para ello, se necesita un programa especial para leer-ver las páginas en su orden natural (siempre se puede usar el winzip o winrar para descomprimirlas pero no te asegura, según el nombre de cada jpeg, que esten en orden) como por ejemplo el Comical, entre otros. Aun asi me parece un poco antinatural o artificial eso de ponerse a leer cómics en una pantalla de ordenador, como los libros, sin ese olor especial que tiene cada papel, sin poder arrugarlo y metértelo en la mochila para leerlo en cualquier parte. Pero puede ser una buena manera de echarle una ojeada y ver si merece la pena ser comprado.
Otra alternativa es tirar de bibliotecas. Es el caso de las bibliotecas adheridas a la Xarxa de Biblioteques Públiques de la Diputació de Barcelona , con bibliotecas especializadas en cómic. Os podeis encontrar grandes sorpresas en su fondo que crece dia a dia con muchísimas publicaciones de Astiberri (Peeters, Jason Lutes, Trodheim,etc), La Cúpula (Peter Bagge, Daniel Clowes, Chester Brown), PlanetadeAgostini, Panini, entre muchas otras. Además, se incluyen todos los cómics premiados en las últimas ediciones del Salón del Cómic de Barcelona, con buenas secciones de manga (a los que no soy demasiado aficionado y por eso ignoro la magnitud del fondo manga) y bd francesa.
Echarle una miradita, si vivis por estas tierras de Dios. Puede ser una buena manera de no acabar arruinado y desesperado en el afán de acapararlo todo.